¿Es posible un cine sin súper héroes?
O será que este verano me está sofocando y este insomnio me hace pensar en la cartelera de hoy.

¿A quién más extrañé? A Jack Nicholson maquillado del Joker, papel en el que no importaría su edad dada la plasta blanca que cubriría su rostro. Me pregunto si habrá sido considerado o si ya la cifra que cobró en la primera película asustó de antemano a los ejecutivos de Warner o si de plano fue aquella mamonería de que están haciendo "otra cosa" cual si se tratase en verdad de otra cosa: Batman es Batman, ¿o, no?


Más allá del mito que se ha creado alrededor de esta película: "la maldición del caballero de la noche"; Heath Ledger se suicida, Christian Bale se madrea a su mamá y hermana sintiéndose Batman; me pongo a pensar en la manera en que Christopher Nolan los dirigió, ¿qué les habrá dicho para dejarlos tan trastornados? A juzgar por sus títulos anteriores como Memento o The Prestige, podríamos hacernos un mapa de la mente torcida de este director, que de alguna manera es lo que provoca su genialidad. Ya el accidente de Morgan Freeman es simple mala pata...
La película dura mucho; eso sí. Y por eso la vi dos veces, pues la primera comenzó a darme sueño y perdí algunos instantes.


A los pocos días, por fin me metí a ver Hellboy 2: The Golden Army, un filme visualmente impactante, con una fotografía estupenda, buenas actuaciones, una ambientación fenomenal, lujosos efectos especiales, tratamiento de color exquisito; pero que en sí, es una mierda (aunque de buena apariencia y olor).


¡Otra cosa re-cool-aid es la chela que se toma Hellboy! ¿Te imaginas a un hombrezote o a un diablo cabrón tomando cerveza light? ¡Y hasta se empeda! Si Tecate patrocinaba, seguro combinaba más con el color de su piel la tradicional lata roja. Son tantas tomas y tan obvias que le quitan un poco de atmósfera a la película.
Ah, y un detalle más: la caracterización del Hellboycito. La forma del Hellboy bebé y la del Hellboy adulto ameritarían haber hecho una estilización similar para el chavo, no simplemente dejarle la cara y cuerpo de niño pintado de rojo. Un poquitito de esfuerzo e imaginación le hubiese dado un buen toque a esa secuencia.

Y un gran acierto: la publicidad que le echan al puro cubano con una gran escena en la que don diablo se encabrona porque se lo tiran al suelo: "¡era cubano!"
En resumen, lo que le falta a Batman en imagen, lo tiene Hellboy, y lo que le falta a Hellboy en guión, lo tiene Batman. Así que lo recomendable será ver ambas, si es posible, el mismo día, para llegar a casa con una sensación de plenitud.
