martes, 13 de noviembre de 2007

Churros y Chocolate

"Fraude" La Película


Por Remus LePerito


Suspenso. Intriga. Traición. Mentiras. Corrupción. Complot. Fraude. Tragedia. Todo en una sola película de la vida real…

¿Cómo demostrar de manera objetiva la construcción del fraude electoral del 2006?

Luis Mandoki lo hace. ¡Y lo hace cabronamente bien!

Después de ver la película Fraude: México 2006 no queda duda alguna: la silla presidencial se humedece con el sudor de nalgas ajenas.

Fraude es una película. No es un programa de televisión. No es un reportaje. No es un comercial. Es un gran documental en el que la calidad fotográfica y los formatos pasan a segundo plano para mantenernos con la boca abierta y llenarnos de coraje colectivo durante toda la función.

Enfrentarse a un tema así, como director, resulta prácticamente imposible. Más allá de lo peligroso del tema, pensar en capturar el material, recabar información, mostrarla en imágenes, organizarla. Cosa de locos. A cualquiera se le iría de las manos.



Luis Mandoki contó con un impresionante equipo de trabajo entregado al proyecto más que cualquier profesional asalariado: el pueblo mexicano. Con cámaras caseras, portátiles, celulares, de todo lo que se tenía al alcance, cientos de miles de ciudadanos grabaron los hechos en todo el país. Individualmente, no se les hizo mucho caso. ¿Qué puede hacer una camarita? Si acaso la máxima proyección sospechada sería subir la imagen al YouTube o algún sitio de Internet de resistencia y ya. Pero no. Ese gran equipo de filmación tenía un director: un Luis Mandoki que se topó con más material del que podría esperar. Con miles de corresponsales y cámaras prácticamente en cada casilla o punto de conflicto.

Muchos personajes protagónicos. Un Carlos Salinas diabólico repitiendo energúmenamente una frase construida: “Complot. Política. Ficción”. Un cínico Felipe Culerón. Y los más importantes: los “nadies” que hablan desde el nivel más bajo de la sociedad y tienen voz por primera vez.

Una de las características principales del cine documental es precisamente darle voz a quien no la tiene. Esta película lo hace a caudales. Desde el pueblo oprimido al que las altas esferas no respetan robándole su voluntad, hasta el candidato a la presidencia más votado y a quien se le ha usurpado esa victoria. Tal vez López Obrador, de quien este documental demuestra ser el vencedor legítimo, tiene mucha participación en la película, tal vez excede su protagonismo pues a ratos sus monólogos, discursos y declaraciones se vuelven largos y hasta tediosos. Pero la narración demuestra que es importante y necesario escuchar lo que tiene que decir, conocer su punto de vista que no es televisado por los medios masivos de comunicación. Además, una vez que pasan estas cápsulas, el ritmo de la película se recupera y la cantidad de datos llenan nuestra mente de análisis y frustración.

Luis Mandoki conoce a profundidad este tema. Años le llevó hacer este documental. Con su anterior trabajo, ¿Quién es el señor López?, no sólo nos hizo conocer a ese político y empaparnos de los obstáculos que le rodearon en su campaña, sino que abrió una fuente inaudita de distribución masiva siendo quizás la película o serie mexicana más vista, obviamente no registrada en ningún sistema de rating. La película se pasaba de mano en mano, se vendía en las calles, en puestos de revistas, en la piratería o se regalaba en diversos puntos.

Esta vez, Fraude llega a los cines. A la gran pantalla. Y llega ofreciendo ver lo que la televisión no muestra: la verdad. Y me agrada mucho que el crédito principal y de letras grandes sea:Una película de millones de mexicanos”, pues no se trata simplemente de un slogan publicitario, sino que hace honor a quienes de verdad hicieron la película y construyeron una nueva forma de hacer cine, un cine hecho por las masas. Un concepto de cine democrático. Un grito de millones que requieren atención.

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